lunes, 23 de marzo de 2015

Autoestima

La semana pasada hice un comentario sobre la autoestima, por eso, he pensado que esta semana la podríamos dedicar a hablar sobre este tema. ¿Qué os parece?


Para empezar me gustaría diferenciar dos conceptos que son distintos pero que a veces usamos como sinónimos.

  • Autoconcepto: es la descripción mental que el sujeto realiza sobre sí mismo en tres dimensiones (cognitivo, afectivo y conductual) y en varias áreas (laboral/escolar, familiar, relaciones sociales, aspecto físico y moral-ética).
  • Autoestima: es el resultado de la evaluación que la persona hace sobre cada una de las representaciones que tiene de sí misma en cada una de las áreas.

Es decir, el autoconcepto sería cómo pensamos que somos en determinadas áreas y aspectos, y la autoestima sería cómo evaluamos esa manera de ser: de forma positiva o negativa. Por tanto, si pensamos que somos buenos, nuestra autoestima será alta, en cambio si nuestra evaluación es negativa (pensamos que no somos buenos en algo), nuestra autoestima tenderá a ser baja. Sin embargo, nuestra valoración puede ser diferente dependiendo del área en la que nos encontremos. Puede ser que alguien se sienta satisfecha como madre de familia y presentar una autoestima baja ya que tiene una opinión desfavorable con respecto a su comportamiento social. El objetivo no es convertirse el mejor en cada área, sino sentirse satisfecho con las cosas que haces o cómo eres.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) (American Psychiatric Association [APA], 1995), el déficit de autoestima se considera un factor predisponente para la aparición de otros trastornos. Por eso, según mi opinión, creo que es muy importante trabajar la autoestima de nuestros hijos desde pequeños tanto en la escuela como en casa.  

La siguiente tabla muestra las características que presentan las personas con déficit de autoestima:


Mis consejos para mejorar la autoestima de nuestros hijos o alumnos son:

  • Reforzar aspectos positivos: no centrarnos solo en el resultado, sino en aquellos aspectos positivos que hacen que el niño se acerque al objetivo. Para saber más sobre cómo reforzar podéis entrar en la siguiente entrada.
  • No centrarnos en machacar lo negativo: sin darnos cuenta, día a día expresamos más los aspectos negativos que positivos. ¿Esto significa que todos hacemos más cosas mal que bien? NO!! Pero nos fijamos más en las cosas que no están bien hechas. Y cuando un niño, día a día, lo que más oye es todo lo que hace mal o debe mejorar… afecta a su autoestima.
  • No comparar con hermanos, primos, etc: cada niño es distinto, igual que los adultos. A nadie le gusta que le comparen, sobre todo, si somos nosotros los que salimos perdiendo. El decirle a un niño que su hermano es mejor, o que su primo saca mejores notas, no le va a ayudar a esforzarse más, sino que puede llegar a pensar que no es tan listo como su hermano. Y esto puede llevar a que deje de esforzarse, por interiorizar este pensamiento.
  • Fracaso: la frase con la que se tienen que quedar es “si me caigo me vuelvo a levantar”. Es importante que el niño comprenda que no vamos a tener éxito en todo, y que no lo vamos  conseguir a la primera. Por eso, hay que incentivar el esfuerzo, y el seguir intentándolo cuando algo no sale bien. Si a la primera se dan por vencidos no mejoraran en ningún aspecto, y cada cosa que vayan a hacer perjudicará su autoestima.
  • Potenciar los puntos fuertes: seguro que tu hijo tiene algún punto fuerte!! ¿Se le da bien dibujar? ¿Las matemáticas? ¿los idiomas? ¿La música? Muchas veces, aunque se les dé bien algo, ellos no lo aprecian. Aquí, nosotros podemos ayudarles, ya que les observamos mucho y nos damos cuenta de lo que hacen mejor y necesita menos ayuda, o lo que le apasiona. Podemos demostrarle estos puntos fuertes haciendo que ayude a otra persona a hacer matemáticas, o jugar todos juntos y que él se encargue de realizar los dibujos, etc. ¡Esto aumentará su autoestima! Sentirse valorado y útil puede ayudar mucho.
  • Enseñar a solucionar sus propios problemas: debemos enseñar a solucionar sus propios problemas, no solucionárselos nosotros. ¿Por qué? Porque será más autónomo y se sentirá más capaz delante de los problemas del día a día. Los problemas muchas veces nos hunden porque no sabemos cómo salir de ellos, si se los solucionamos nosotros, no aprenderán nunca y en cualquier situación pueden sentirse frustrados, enfadados, tristes, abatidos, e incapaces. Y por supuesto, esto hace que baje su autoestima.
Reflexión: ¿Pensáis que es un tema importante a trabajar desde pequeños? ¿Creéis que tener una baja autoestima puede llevar a otros problemas?

¡Vamos a querernos un poco más, y a hacer que nuestros pequeños también se quieran! ¡Empieza una nueva semana! :)

2 comentarios: